lunes, 8 de junio de 2009

Presentación:

Hemos abierto la Misión de Paz y Consagración en Arica y Parinacota, a cargo del Sacerdocio de la Ley de Cristo.

Esta Misión tiene la tarea de mostrar al creyente un Camino de relación Personal con el Cristo Vivo, Dios de Hombres y de Ángeles. El Dios Salvador, cuya Segunda Venida preparamos, nos insta a Consagrarnos y Sembrar en esta vida aquello que cosecharemos el día del Encuentro Personal con Él; en este Camino todo creyente y Ser de Fe, de Paz y de Buena Voluntad puede hallar una senda, un surco en el cual sembrar las semillas que den los frutos por los cuales será medido.

Cristo Dios vendrá al final de este tiempo e inaugurará el Nuevo Tiempo de Paz. Los Consagrados en Cristo, caminando hacia la Voluntad del Padre, como todo Hombre de Fe, debemos prepararnos y preparar al creyente para enfrentar los días de cambio que están en cierne.

Con la Salvación del Cristo Dios, y su Victoria sobre la muerte, se cerró el Tiempo de la Generación de la Caída y del Pecado Original; con los Hechos de los Tres Días después de su muerte en la cruz, en donde el Cristo Dios vence a la muerte y abre Los Cielos e inicia la Nueva Ley de Vida, comienza el Meridiano de los Tiempos o Tiempo de Rehabilitación y Amnistía, es decir: EL HOMBRE YA NO NACE EN PECADO, SINO QUE SE HACE AL PECADO, y por la Fe en Cristo somos redimidos y podemos Nacer de Nuevo. Hoy nos hallamos en el transito del tiempo previo al Advenimiento del Milenio llamado: Tiempo de Tribulación o de Vísperas.

De acuerdo a esto: nuestra Generación en Tiempo de Tribulación tiene el deber de sembrar espiritualmente, y en concreto, los cimientos de la Segunda Venida de Cristo, quien vendrá ya no como Hombre encarnado, sino como el Dios que Es.

Este Camino de Consagración y Sabiduría es conducido por Cristo, y para caminar es necesario sellar Pertenencia a Cristo a través de Sello Bautismal. Este es el inicio del Camino. El Bautismo consciente es una Ley de Cristo, y es la clave para entrar en el Orden del Reino... es un Salto de Fe.

Pertenencia es reconocer a Cristo cuan Dios Conductor Personal y renunciar a toda otra divinidad menor o idea que nos separe de su Casa.

La Pertenencia a Cristo es un acto de Fe.

Transitar por este Camino de Consagración y Sabiduría es la Senda de Cristo, que nos conduce a conocer y poner por Obra la Voluntad del Padre Dios.